La roda de capoeira es una fuente de energía absoluta, positiva o negativa, quién sabe, solo basta con formar parte de alguna de ellas para salir de dudas y saber lo que te aporta tanto física como mentalmente y dónde te transporta espiritualmente. Quien participa en ellas sabe a lo que me refiero.

En la roda, es donde sacas fuera la capoeira que llevas dentro. Es ahí donde realmente sientes y vives el verdadero ritual. El verdadero placer de crear un “jogo” con otra persona mediante el ritmo de la batería, donde encuentras esa calma, ese estrés, esas subidas y bajadas de ánimo, el movimiento en sí, es una mezcla de emociones, de sentimientos, es donde la energía vital brota en tí y en tus compañeros, contagiándote a participar de una manera u otra, sea observando, cantando, jugando, bailando, sonriendo, expresándote libre, sin prejuicios, sin complejos, simplemente estando presente. Es ahí donde desatas tus alegrías y tus miedos, tus saberes y conocimientos, tus reflejos, tus lecciones de vida, tus experiencias, tus virtudes, tus defectos, tus aptitudes, tus habilidades, tus enseñanzas, tu aprendizaje, tu espíritu y tu propia filosofía. Ahí es donde vas a conocer más de ti mismo, de tus compañeros, de tus reacciones a diferentes estímulos tanto internos como externos.

La música y las vibraciones que transmiten los instrumentos, el respeto que se genera entre los integrantes, la comunicación entre los participantes, los diálogos que se forman entre unos y otros, los gestos, los cantos, las miradas, la adrenalina que nace en nuestros cuerpos, la jerarquía que existe dentro de ésta, cada persona es un granito de arena que compone ese gran círculo formando unión entre los presentes y los no presentes. Los cantos hacen revivir la historia, con la música y la capoeira mantenemos vivo el legado de nuestros antepasados.

La expresión corporal de la Capoeira significa más que un simple movimiento, más que una simple acrobacia, es un diálogo, son preguntas y respuestas, son formas de movimientos coordinados, ataques y esquivas, en el juego prevalece la malicia, la agilidad, la flexibilidad, la resistencia, el equilibrio y la sabiduría por encima de la fuerza física. La mayoría de los integrantes en la roda no revelan del todo sus grandes conocimientos sino que se guardan sus propios secretos, como dice el Mestre Pastinha.

Hay momentos que no se comparten con nadie, nadie debe enseñar todo lo que tiene, las entregas y revelaciones deben ser mostradas poco a poco como en la vida misma.”

En la roda, es todo en uno, tu formas parte de ella y ella forma parte de ti. Es una mezcla de arte que se convierte en magia. Los mestres recitan poesía, oran, improvisan, te transportan con sus letras, te transmiten con sus voces y sus cantos de libertad. Al principio, cuando por primera vez participas en una roda, todo es extraño, no entiendes de fundamentos, los nervios se apoderan de ti e incluso la vergüenza hace que te juzgues y no quieres dialogar por miedo. Quieres cantar pero no entiendes el portugués, aún así chapurreas lo que entiendes o tarareas las melodías porque quieres sentirte uno más, quieres formar parte de lo que sucede alrededor.

Con el paso del tiempo todos esas experiencias no desaparecen sino que se guardan como huellas en la memoria y cada vez tienes más ganas de participar, incluso he visto capoeiristas que no salen del “pie de cruz“ para seguir comprando “jogos“ y no salir de la roda, manteniendo un estado de ánimo cargado de energía conjunta.

Todo entreno acaba en una roda, toda clase aprendida la desenvuelves en una roda. Puedes destacar o puedes pasar desapercibido, todo depende de ti y de lo que das para poder recibir. Tienes que estar dispuesto, tener una buena actitud y estar abierto a nuevos retos para afrontarlos de la mejor manera. La roda de Capoeira es una de las expresiones culturales que la UNESCO ha convertido en patrimonio inmaterial de la humanidad. De ello nosotros los que la practicamos debemos sentirnos afortunados y orgullosos de ser capoeiristas.

Nosotros en nuestra academia, Banzo de Senzala en Barcelona hacemos roda todos los miércoles del mes, yo personalmente, estoy ansioso por ir, por descubrir que pasará, todo es impredecible, estoy curioso por saber quien viene como invitado, quien viene a visitarnos, misterioso por quien va a arriesgarse en comandar una roda, que no es nada fácil por cierto, en ver quien cae, quien se levanta, quien aplica rasteiras, quien florea, quien trae canciones nuevas para aprender, todo es un misterio y eso me incrementa las ganas y me motiva cada día más a ir y participar, porque aparte del ritual que es mágico, me siento arropado por una gran familia.

Bryan Ostolaza

Formado de Capoeira