6 de la mañana. Suena el despertador. Pie al suelo. Ducha y cantas, porque sí, cantas en la ducha, y hoy te viene a la mente minha galera, y a demás practicas portugués. Te vistes, y ya que te pones, te calzas sin doblar las rodillas, o por lo menos lo intentas, y así también estiras de buena mañana. Desayunas. Coche y al trabajo. Embotellamiento en el camino. Te aburres con las noticias y pones música en la radio. Sin darte cuenta comienzas a golpear el volante al ritmo de la música que suena. Te gusta seguir el ritmo. Los coches pitan. Llegan tarde a sus trabajos. Alcanzas el origen del embotellamiento. Un coche averiado. La gente lo pasa con mirada acusatoria. Hoy van a llegar tarde a sus trabajos por su culpa. Tú lo ves y piensas “bastante problema tiene ya. No estará aquí parado por gusto” Intentas ponerte en el lugar del otro…

Los lunes son días complicados. Comienza la semana y de hoy dependerá en gran parte el devenir de los días siguientes. No quiero dejar de pasar por la academia. Llego, desde las escaleras escucho música, y mientras subo me cambia la cara. Nos saludamos entre los compañeros con una sonrisa, independientemente de cómo nos haya ido el día a cada uno. Comienzo el calentamiento antes de entrar a clase. Nos ponemos al día del fin de semana. Ya en clase nos concentramos, mostramos respeto a nuestro Mestre y a todos los demás. Comenzamos a sudar. Lo damos todo. Montamos los instrumentos y tocamos, cantamos. Terminamos comentando la clase. Es tarde, pero necesito, QUIERO estar allí. El martes se afrontará de otra manera…

En el fondo, tú y yo somos muy parecidos. No hace falta ser especial para tener ciertas actitudes ante las pequeñas pruebas cotidianas que vamos superando. Pruebas pequeñas, pero no insignificantes. Una actitud supone un comportamiento, una apertura de mente, un respeto por uno mismo y por los demás, unos valores que cultivar y comunicar, una inquietud por seguir aprendiendo cada día, ya sea en nuestra cotidianidad, ya sea en el arte de la capoeira. A veces es difícil saber diferenciar si te gusta la capoeira porque está acorde con esa personalidad o, por el contrario, el hecho de practicar capoeira ha hecho de ti una persona con esos valores. ¿Qué fue antes, el huevo o la gallina? En cualquier caso, la línea es tan fina, que a veces llega a desaparecer. Es ese limbo en el que nos movemos entre el plano material y el espiritual el que debemos seguir siempre cultivando.

Na roda vou dar uma volta, aie meu deus

Vou ver o mundo girar

Na volta que o mundo deu

Na volta que o munda da

Se eu vencer nesta roda

Na outra da pra levar,

camaradinho

(M. Moraes)

Jaume Florenti

Banzo de Senzala